A veces intento tragar la angustia
bebo vasos y vasos de agua
como miles de cosas
en un inútil intento
de empujarla hacia abajo
y hacia afuera
por mi tracto digestivo
y poder al fin cagarla
y ver cómo se la lleva
el agua del inodoro
pero no funciona
aunque así lo sienta
no está en mi estómago
la cabrona
ni en mi intestino
ella vive suelta
como un fantasma
que pulula entre mis entrañas
y de vez en cuando las abraza
y aprieta un poquito
y luego otro poquito
hasta dejarme
sin aliento.