Tic en el ojo
angustia exitencial,
siento que mi pecho va a estallar.
Mis entrañas están removidas,
como batidas por una minipimer,
ya no sé que está bien
y qué está mal.
Tengo miedo
de abandonar la postal
de romper el cuadro perfecto
que debería desear.
Pero a mi cuerpo le da igual,
no entiende de miedo
y me empuja hacia el abismo
una vez más.
Donde solo me queda
lanzar la moneda,
pinzarme la nariz con los dedos,
y saltar a la oscuridad.